Héctor Orlando Girard (69) recibió una pena de 3 años de prisión en ejecución condicional por haber abusado sexualmente de su ahijada durante cinco años, mientras la víctima tenía entre 12 y 17 años. La querella apelará en Casación la sentencia.
Un hombre de 69 años fue condenado a 3 años de prisión de ejecución condicional en un juicio abreviado por haber abusado sexualmente de su hijada, cuando la víctima tenía entre 12 y 17 años.
La sentencia, que se resolvió entre el fiscal Fernando Castro y el abogado defensor Gustavo Marcelliac en el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 con la presencia del juez Pablo Javier Viñas, será apelada por la víctima, representada por el abogado Julio Razona, en el Tribunal de Casación.
En la sentencia, a la que tuvo acceso LA CAPITAL, Héctor Orlando “El francés” Girard (69) fue condenado a 3 años de prisión en ejecución condicional por el delito de “abuso sexual de una menor de 13 años y agravado por resultar encargado de la guarda”.
Además, el juez Viñas fijó una serie de reglas de conductas para Girard, como someterse al control del Patronato de Liberados; realizar cuatrocientas horas de trabajo no remunerado en el Hospital Público “Isola” de Puerto Madryn; abstenerse de relacionarse con la víctima por cualquier medio de contacto; realizar tratamiento psicológico; abonar a la víctima $50.000 en concepto de reparación del daño, los cuales en caso de no ser aceptados, se donarán al Hospital Materno Infantil de la ciudad de Mar del Plata.
La apelación de la víctima
El abogado Julio Razona adelantó a LA CAPITAL que apelará la sentencia a Casación ya que la víctima, quien hoy tiene 27 años, sufrió “gravísimos perjuicios psiquicos que no fueron considerados por la sentencia” y por eso solicitará que se tengan en cuenta otros agravantes y que la prisión sea de efectivo cumplimiento.
“La pena conlleva una retribución mínima ante su conducta tan desviada como peligrosa y permite que un sujeto de esta calaña circule normalmente en el medio social, con el enorme riesgo que implica para cualquier niña que pueda ser victimizada”, explicó Razona.
“Era una niña cuando comencé a ser victimizada, martirio que duró cinco años, Girard era mi padrino, la persona de confianza de mi familia, estaba bajo su cuidado, era mi guardador, lo que agrava aún más su conducta. Los abusos sexuales que he sufrido, la ingesta de bebidas alcohólicas, la retribución con regalos para ser sometida y callar, siendo una niña, me han producido graves consecuencias psiquícacas, estigma que llevaré toda mi vida y que dificultan enormemente mi vida social”, expresó R.S., quien buscará que la Justicia revea la condena de su padrino por haberla abusado sexualmente.
El caso
Los abusos que sufrió R.S. por su padrino Girard ocurrieron entre el 2004 y el 2009, en el departamento del hombre, ubicado en Matheu y Alem. Según consta en la sentencia, Girard le ofrecía a la menor dinero y regalos a cambio de que se desnudara y le exhibiera sus partes íntimas para que él luego se masturbara.
Para el juez Viñas, la hipótesis quedó acreditada durante el juicio abreviado por los informes psicológicos realizados a la víctima, informe socio ambiental, informe psiquiátrico, informes de profesionales del Centro de Asistencia a la Víctima, pericias realizadas al imputado y otros testimonios.
Para el juez no quedaron dudas de que R.S. iba con asiduad a la casa de Girard y que este, mientras era su cuidador, se aprovechó de esa situación.
La situación se conoció recién cuando R.S. se presenté ante autoridades policiales y realizó la denuncia penal. En ese contexto, contó los padecimientos que le hizo pasar Girard y aseguró que en más de una vez el hombre le dijo: “Me voy a matar porque estoy enamorado de vos”.
El juez también valoró el informe del perito Norberto Gargiulo, en el cual describe en detalle los síntomas de R.S., a quien le detectó “un cuadro agudo de ansiedad y angustia extrema al cual lo relaciona con la vivencia de un episodio de abuso sexual traumático, los cuales según sus manifestaciones fueron producidos a partir de sus diez años, debiendo ser medicada en forma inmediata”.
El informe fue corroborado por la evaluación realizada por la psicóloga Elsa Ezcurra a partir del tratamiento realizado con la víctima, en donde menciona el “sentimiento negativo de vergüenza y culpa, ansiedad con aumento de su vulnerabilidad, falta de interés en su desarrollo personal y pérdida de confianza con disminución de autoestima, rasgos de hostilidad y perjuicio moral por daño al honor en su persona”. Según la profesional, R.S ¨presenta trastorno de abuso sexual que padeció desde sus 12 años de edad hasta los 17, ejecutado dicho abuso por su padrino en el seno familiar”.